Al principio la senda al Cerro Centinela transcurre a la vera del arroyo Huemul, y luego se interna en un bosque de lengas y ñires. Rumbo a la cumbre hay un par de peñascos que ofrecen muy buenos puntos panorámicos, de a poco se va divisando el lago Nahuel Huapi. Llegando a la cumbre aparece completo el lago, la Isla Victoria justo enfrente, y parte de la Península de Quetrihue (donde está el Bosque de los Arrayanes). También se divisa imponente y siempre cargado de nieve, el cerro Tronador, con sus tres cumbres. Se puede acceder a un “mirador” más bajo desde donde se ve el punto de partida, y la casa del guardaparques. Hacia el extremo norte del Nahuel Huapi, se divisa el lago Espejo Grande, y hasta parte de Villa La Angostura.

Muy lindo recorrido, y excelentes paisajes. No hay agua para reponer una vez alejados del arroyo Huemul. Un último dato de color de la cumbre. Entre las rocas volcánicas y con bordes angulosos, van a observar algunas “piedras” redondeadas y totalmente distintas (granito). Estas piedras fueron trasladadas por el glaciar del Nahuel Huapi hace unos 25.000 años y cuando comenzó a retirarse el hielo quedaron “apoyadas” en la cumbre y alrededores. Se los llama los bloques erráticos.